Soñé que la noche
crecía como niebla
sobre mis cansados parpados
y en la oscuridad temida
reviví los recuerdos añorados.
Sentí que tus ojos me miraban
y tu cuerpo era una sombra indefinida,
una grisacea pincelada
de duda temblorosa
que erizaba los cabellos yertos
de los muertos.
De la noche escapé,
entre visillos negros
para visitar aquella lugubre morada
donde la luna fue sol
y la piel quemada,
donde vinimoslos instantes idilicos
de una existencia atormentada.
No encontré el lugar
no encontré la casa.
Pregunté al vacio,
me contestó: Nada.
Desperté en la noche,
me encontré muriendo,
no existió tu sombra
ni ningún momento
que soñar pudiera
pues estaba muerto.
Pamplona. 1986
martes, 1 de mayo de 2012
Soñé la noche
Al final de la jornada estupida
Al final de la jornada estupida
de vacios, errores,
al final de la indefinible nada
al final de aquel intento inútil
que es ser feliz,
se encuentra siempre
el conocido rostro de la resignación
o la caida en la batalla
entre tu y el otro...que sois
lo mismo, la misma cara.
Combate inútil de frustración y esperanza
Pamplona. 1986
de vacios, errores,
al final de la indefinible nada
al final de aquel intento inútil
que es ser feliz,
se encuentra siempre
el conocido rostro de la resignación
o la caida en la batalla
entre tu y el otro...que sois
lo mismo, la misma cara.
Combate inútil de frustración y esperanza
Pamplona. 1986
Etiquetas:
Al final de la jornada estúpida,
Poemario
Amanecer en la escarcha
Como si no supiera
lo que dice tu cara...
Miras a los ojos
mientras callan las palabras
y los cuerpos duermen
uno junto al otro
entre la armoniosa calma;
ellos hablarían
si el negro velo que nos ata
cayera al suelo
sin mentiras ni amenazas.
Una voz muerta...
una mirada
una insinuación lenta
una respuesta rápida,
una mano gélida
que cruje como un cuchillo
rasgando la seda cálida.
Piel desnuda
que anhela una caricia...
Suspira la madrugada
Cristal azul de los ojos
bajo la boveda clara
Refugio de los sonidos
que gimen en la mañana
susurran con los silencios
rotos de la luna pálida.
Sentí tus soles dormidos
amanecer en la escarcha,
quebrarse entre mis manos
el fuego de tus entrañas,
como el rayo azul y humedo
en el primer claro del alba.
Los labios rojos, heridos,
se abrían en la alborada.
Un silencio de estrellas
brillaba como luciernagas.
Del espejo profundo,
reflejo de luz callada,
brota cristal amargo,
recuerdo de la mar blanca
soñando entre las olas
fantasía de niña
corazón de amada
un naufragio deseado
de dos cuerpos y dos almas.
Cristal, lagrima de alegría,
rocio de madrugada,
lluvia negra, tormentosa,
barro, cieno de las charcas
desborda tus emociones
llanto de impotencia y rabia.
Olvidas que las noches
son muy cortas,
son muy rápidas.
Una voz muerta,
un reproche mudo,
un adios desconocido,
una mañana...
Encierras tus pensamientos
en carcel de pura farsa,
jaula de deseos soñados
sumidos en el olvido,
en la herrumbrosa patraña
de miedos y acusaciones:
Moral burguesa y cristiana
que castra las emociones
y condena la esperanza
de soñar despìerto
sintiendo cada poro,
cada instante,
cada beso.
Como si no supiera lo que dice tu cara...
No bajes los ojos,
mira con la frente alta...
Siente, vive
como humana
los placeres de la vida
que ayer es tarde
y hoy un instante sólo
No esperes a mañana.
"De deseos reprimidos están los manicomios llenos"
Pamplona 1986
lo que dice tu cara...
Miras a los ojos
mientras callan las palabras
y los cuerpos duermen
uno junto al otro
entre la armoniosa calma;
ellos hablarían
si el negro velo que nos ata
cayera al suelo
sin mentiras ni amenazas.
Una voz muerta...
una mirada
una insinuación lenta
una respuesta rápida,
una mano gélida
que cruje como un cuchillo
rasgando la seda cálida.
Piel desnuda
que anhela una caricia...
Suspira la madrugada
Cristal azul de los ojos
bajo la boveda clara
Refugio de los sonidos
que gimen en la mañana
susurran con los silencios
rotos de la luna pálida.
Sentí tus soles dormidos
amanecer en la escarcha,
quebrarse entre mis manos
el fuego de tus entrañas,
como el rayo azul y humedo
en el primer claro del alba.
Los labios rojos, heridos,
se abrían en la alborada.
Un silencio de estrellas
brillaba como luciernagas.
Del espejo profundo,
reflejo de luz callada,
brota cristal amargo,
recuerdo de la mar blanca
soñando entre las olas
fantasía de niña
corazón de amada
un naufragio deseado
de dos cuerpos y dos almas.
Cristal, lagrima de alegría,
rocio de madrugada,
lluvia negra, tormentosa,
barro, cieno de las charcas
desborda tus emociones
llanto de impotencia y rabia.
Olvidas que las noches
son muy cortas,
son muy rápidas.
Una voz muerta,
un reproche mudo,
un adios desconocido,
una mañana...
Encierras tus pensamientos
en carcel de pura farsa,
jaula de deseos soñados
sumidos en el olvido,
en la herrumbrosa patraña
de miedos y acusaciones:
Moral burguesa y cristiana
que castra las emociones
y condena la esperanza
de soñar despìerto
sintiendo cada poro,
cada instante,
cada beso.
Como si no supiera lo que dice tu cara...
No bajes los ojos,
mira con la frente alta...
Siente, vive
como humana
los placeres de la vida
que ayer es tarde
y hoy un instante sólo
No esperes a mañana.
"De deseos reprimidos están los manicomios llenos"
Pamplona 1986
Etiquetas:
Amanecer en la escarcha,
Poemario
El reflejo de la luna
A la orilla de un rio
de cenagosas aguas
descubrí su palida figura.
Se recortaba sobre los arboles
como una sombra de plata
como un reflejo de luna.
Temblaban los oscuros pliegues de su ropa
en la noche sombría
mientras el lecho callado
en olas de espuma se derretía.
Me acerqué al pasado remoto
como el niño se acerca a la cuna
o el anciano a la fria tumba.
Temblaba...
Mi recuerdo, su sombra, mi vida.
Llegué a la orilla del rio
y el silencio me sorprendió...
La luna no se miraba ya en la oscura corriente
y el reflejo de la sombra me hizo descubrir
donde se ocultaba aquella palida figura...
Pamplona. 1986
de cenagosas aguas
descubrí su palida figura.
Se recortaba sobre los arboles
como una sombra de plata
como un reflejo de luna.
Temblaban los oscuros pliegues de su ropa
en la noche sombría
mientras el lecho callado
en olas de espuma se derretía.
Me acerqué al pasado remoto
como el niño se acerca a la cuna
o el anciano a la fria tumba.
Temblaba...
Mi recuerdo, su sombra, mi vida.
Llegué a la orilla del rio
y el silencio me sorprendió...
La luna no se miraba ya en la oscura corriente
y el reflejo de la sombra me hizo descubrir
donde se ocultaba aquella palida figura...
Pamplona. 1986
Etiquetas:
El reflejo de la luna,
Poemario
Soñar
¿Vives?
Dormito a veces
Y cuando no lo hago...sueño que muero
Anoche soñé que la vida era un sueño
más, al despertar esta mañana
he comprobado con horror
que había comenzado la pesadilla
Pamplona. 1986
Dormito a veces
Y cuando no lo hago...sueño que muero
Anoche soñé que la vida era un sueño
más, al despertar esta mañana
he comprobado con horror
que había comenzado la pesadilla
Pamplona. 1986
No quise...
No quise mirar al cielo...tan yermo
No quise llorar
los ojos muy quietos
clavados, sin sombra de vida
estaban abiertos
ventanas vacias con cristales negros
La flor de sus labios entre huesos huecos
Su pelo
Sus ojos castaños
Invierno
No quise mirar al suelo
por miedo
Recuerdo cansado su hermosa mirada
aquel fuego eterno
de noches sin sombras
susurros sin ecos
No quise llorar
no pude ya hacerlo
Ni vivo, ni muero
ni sufro dolor
Padezco agonía
en aqueste infierno
de angustia
de ansia
de dolor de muerto
Palabras, palabras
susurros y ecos
Recuerdos
¿Recuerdas?
Contestas...Recuerdo
Pamplona 1986
No quise llorar
los ojos muy quietos
clavados, sin sombra de vida
estaban abiertos
ventanas vacias con cristales negros
La flor de sus labios entre huesos huecos
Su pelo
Sus ojos castaños
Invierno
No quise mirar al suelo
por miedo
Recuerdo cansado su hermosa mirada
aquel fuego eterno
de noches sin sombras
susurros sin ecos
No quise llorar
no pude ya hacerlo
Ni vivo, ni muero
ni sufro dolor
Padezco agonía
en aqueste infierno
de angustia
de ansia
de dolor de muerto
Palabras, palabras
susurros y ecos
Recuerdos
¿Recuerdas?
Contestas...Recuerdo
Pamplona 1986
Suscribirse a:
Entradas (Atom)