martes, 1 de mayo de 2012

Soñé la noche

Soñé  que la noche

crecía como niebla

sobre mis cansados parpados

y en la oscuridad temida

reviví los recuerdos añorados.



Sentí que tus ojos me miraban

y tu cuerpo era una sombra indefinida,

una grisacea pincelada

de duda temblorosa

que erizaba los cabellos yertos

de los muertos.



De la noche escapé,

entre visillos negros

para visitar aquella lugubre morada

donde la luna fue sol

y la piel quemada,

donde vinimoslos instantes idilicos

de una existencia atormentada.



No encontré el lugar

no encontré la casa.

Pregunté al vacio,

me contestó: Nada.



Desperté en la noche,

me encontré muriendo,

no existió tu sombra

ni ningún momento

que soñar pudiera

pues estaba muerto.



Pamplona. 1986

Al final de la jornada estupida

Al final de la jornada estupida

de vacios, errores,

al final de la indefinible nada

al final de aquel intento inútil

que es ser feliz,

se encuentra siempre

el conocido rostro de la resignación

o la caida en la batalla

entre tu y el otro...que sois

lo mismo, la misma cara.

Combate inútil de frustración y esperanza



Pamplona. 1986

Amanecer en la escarcha

Como si no supiera

lo que dice tu  cara...



Miras a los ojos

mientras callan las palabras

y los cuerpos duermen

uno junto al otro

entre la armoniosa calma;

ellos hablarían

si el negro velo que nos ata

cayera al suelo

sin mentiras ni amenazas.



Una voz muerta...

una mirada

una insinuación lenta

una respuesta rápida,

una mano gélida

que cruje como un cuchillo

rasgando la seda cálida.



Piel desnuda

que anhela una caricia...

Suspira la madrugada

Cristal azul de los ojos

bajo la boveda clara

Refugio de los sonidos

que gimen en la mañana

susurran con los silencios

rotos de la luna pálida.



Sentí tus soles dormidos

amanecer en la escarcha,

quebrarse entre mis manos

el fuego de tus entrañas,

como el rayo azul y humedo

en el primer claro del alba.

Los labios rojos, heridos,

se abrían en la alborada.

Un silencio de estrellas

brillaba como luciernagas.



Del espejo profundo,

reflejo de luz callada,

brota cristal amargo,

recuerdo de la mar blanca

soñando entre las olas

fantasía de niña

corazón de amada

un naufragio deseado

de dos cuerpos y dos almas.



Cristal, lagrima de alegría,

rocio de madrugada,

lluvia negra, tormentosa,

barro, cieno de las charcas

desborda tus emociones

llanto de impotencia y rabia.



Olvidas que las noches

son muy cortas,

son muy rápidas.



Una voz muerta,

un reproche mudo,

un adios desconocido,

una mañana...



Encierras tus pensamientos

en carcel de pura farsa,

jaula de deseos soñados

sumidos en el olvido,

en la herrumbrosa patraña

de miedos y acusaciones:



Moral burguesa y cristiana

que castra las emociones

y condena la esperanza

de soñar despìerto

sintiendo cada poro,

cada instante,

cada beso.



Como si no supiera lo que dice tu cara...



No bajes los ojos,

mira con la frente alta...

Siente, vive

como humana

los placeres de la vida

que ayer es tarde

y hoy un instante sólo



No esperes a mañana.

"De deseos reprimidos están los manicomios llenos"



Pamplona 1986



El reflejo de la luna

A la orilla de un rio

de cenagosas aguas

descubrí su palida figura.

Se recortaba sobre los arboles

como una sombra de plata

como un reflejo de luna.

Temblaban los oscuros pliegues de su ropa

en la noche sombría

mientras el lecho callado

en olas de espuma se derretía.

Me acerqué al pasado remoto

como el niño se acerca a la cuna

o el anciano a la fria tumba.

Temblaba...

Mi recuerdo, su sombra, mi vida.

Llegué a la orilla del rio

y el silencio me sorprendió...

La luna no se miraba ya en la oscura corriente

y el reflejo de la sombra me hizo descubrir

donde se ocultaba aquella palida figura...

Pamplona. 1986

Soñar

¿Vives?

Dormito a veces

Y cuando no lo hago...sueño que muero



Anoche soñé que la vida era un sueño

más, al despertar esta mañana

he comprobado con horror

que había comenzado la pesadilla



Pamplona. 1986

No quise...

No quise mirar al cielo...tan yermo

No quise llorar

los ojos muy quietos

clavados,  sin sombra de vida

estaban abiertos

ventanas vacias con cristales negros

La flor de sus labios entre huesos huecos

Su pelo

Sus ojos castaños

Invierno

No quise mirar al suelo

por miedo

Recuerdo cansado su hermosa mirada

aquel fuego eterno

de noches sin sombras

susurros sin ecos

No quise llorar

no pude ya hacerlo

Ni vivo, ni muero

ni sufro dolor

Padezco agonía

en aqueste infierno

de angustia

de ansia

de dolor de muerto

Palabras, palabras

susurros y ecos

Recuerdos

¿Recuerdas?

Contestas...Recuerdo



Pamplona 1986