Como si no supiera
lo que dice tu cara...
Miras a los ojos
mientras callan las palabras
y los cuerpos duermen
uno junto al otro
entre la armoniosa calma;
ellos hablarían
si el negro velo que nos ata
cayera al suelo
sin mentiras ni amenazas.
Una voz muerta...
una mirada
una insinuación lenta
una respuesta rápida,
una mano gélida
que cruje como un cuchillo
rasgando la seda cálida.
Piel desnuda
que anhela una caricia...
Suspira la madrugada
Cristal azul de los ojos
bajo la boveda clara
Refugio de los sonidos
que gimen en la mañana
susurran con los silencios
rotos de la luna pálida.
Sentí tus soles dormidos
amanecer en la escarcha,
quebrarse entre mis manos
el fuego de tus entrañas,
como el rayo azul y humedo
en el primer claro del alba.
Los labios rojos, heridos,
se abrían en la alborada.
Un silencio de estrellas
brillaba como luciernagas.
Del espejo profundo,
reflejo de luz callada,
brota cristal amargo,
recuerdo de la mar blanca
soñando entre las olas
fantasía de niña
corazón de amada
un naufragio deseado
de dos cuerpos y dos almas.
Cristal, lagrima de alegría,
rocio de madrugada,
lluvia negra, tormentosa,
barro, cieno de las charcas
desborda tus emociones
llanto de impotencia y rabia.
Olvidas que las noches
son muy cortas,
son muy rápidas.
Una voz muerta,
un reproche mudo,
un adios desconocido,
una mañana...
Encierras tus pensamientos
en carcel de pura farsa,
jaula de deseos soñados
sumidos en el olvido,
en la herrumbrosa patraña
de miedos y acusaciones:
Moral burguesa y cristiana
que castra las emociones
y condena la esperanza
de soñar despìerto
sintiendo cada poro,
cada instante,
cada beso.
Como si no supiera lo que dice tu cara...
No bajes los ojos,
mira con la frente alta...
Siente, vive
como humana
los placeres de la vida
que ayer es tarde
y hoy un instante sólo
No esperes a mañana.
"De deseos reprimidos están los manicomios llenos"
Pamplona 1986
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